EL EJE DE LA LIDIA

EL EJE DE LA LIDIA
"Normalmente, el primer puyazo lo toman bien los toros, y si ése fuera el único del tercio, todos parecerían bravos. En el segundo ya empiezan a dar síntomas de su categoría de bravura. Y es en el tercero donde se define de verdad si el toro es bravo o no. En el tercer puyazo casi todos los toros cantan la gallina, se suele decir". JOAQUÍN VIDAL : "El Toreo es Grandeza". Foto: "Jardinero" de la Ganadería los Maños, primera de cuatro entradas al caballo. Corrida Concurso VIC FEZENSAC 2017. Foto : Pocho Paccini Bustos.

martes, noviembre 04, 2025

D.E.P. don Rafael de Paula "Embrujo Gitano"

Rafael Soto Moreno: 

Jerez de la Frontera (Cádiz): 12 de febrero de 1940 - 02 de noviembre de 2025


                                               

viernes, octubre 31, 2025

LOABLE PRONUNCIAMIENTO del CENTRO TAURINO DE LIMA

NO AL FRAUDE  EN ACHO


            La institución decana de América Taurina,  fundada el 7 de Diciembre de 1,899.


LA MEJOR FAENA de JUAN BELMONTE

 A "Barbero" de Concha y Sierra. Corrida del Montepío, Madrid, 21 de junio de 1917.

"Y Juan Belmonte comenzó con un pase ayudado colosal, con los pies juntos y atornillados en el suelo. Siguió con uno natural y uno de pecho muy ceñidos, que arrancaron olés de entusiasmo. Un natural sublime, así como suena, y otro natural y uno de pecho con mucha valentía. Dos ayudados por bajo, quieto y estirado el matador. Uno con la derecha y otro alto con la izquierda, y dos molinetes, ejecutados en la cara del bicho. Un pase con la derecha arrodillado y muy ceñido; otros dos más y un pinchazo superior, acometiendo bastante bien."


 Toros en Madrid

Don Severo y Belmonte

Gaya Picón (Don Severo) es tan simpático y buen amigo como culto escritor, excelente periodista y notable revistero taurino. Llegó a Madrid a pasar unos días, y naturalmente, abusando de su amabilidad le encajé las revistas de las corridas del Montepío y cuarta de abono. 

Me alegré por el descanso que su trabajo me proporcionaba y he de sentirlo forzosamente después, por no poder, ya que la ocasión llegó, hablar de Belmonte y su gran faena. 

¡Qué se le va a hacer ¡ ! Suerte! 

Don Severo es gallista, así que cuanto diga en favor del trianero, además de ser justo, lo suscribo yo y siempre quedará en el fondo del elogio, para mí por lo menos, una nueva alabanza, aunque Gaya apure todos los adjetivos.

La faena de Belmonte y la visita de Don Severo son para mí dos satisfacciones tan intensas que, puestas en la balanza, no sé cuál de ellas pesaría más en el sentido de la satisfacción y el cariño. 

A uno y al otro les envío mi cordial saludo, por la inesperada visita del primero y por el resurgimiento triunfal del otro y ….

¡Ojo¡ ¡Que llega Don Severo¡

UNOS DIAS EN MADRID...

A punta de capote

La corrida del Montepío de Toreros

La mejor faena de Belmonte

Apenas llegado a Madrid, donde sólo he de permanecer, desgraciadamente breves días, me cogen por su cuenta los buenos y excelentes amigos Adolfo Durá y Mariano F. Portela, y me dicen : 

—Amigo Don Severo, usted va a encargarse de las corridas del jueves y del domingo. Viene usted con gran oportunidad: viene usted como pedrada en ojo de boticario. Ya que nos ha dado usted tantos camelos con su viaje, ahora nos vamos a vengar de usted. 

— Pero, señores — replico yo, ustedes quieren abusar de mi... ¿Cómo voy a meterme yo en esos trotes...? 

—Che, yo necesito descansar un par de corridas—me replica Durá.—Llevo demasiadas latas sobre mis costillas, esta temporada... 

—Tiene razón Durá—; añadió Portela, — está negro de sufrir tanta bueyada y de padecer a tanto coleta con usura. Usted se encarga de esas dos corridas. 

Y he aquí por dónde, en la corrida a beneficio del Montepío de los toreros, hubo algo que nos sacó de nuestras casillas. Algo que alegró la tarde a Durá, cuando empezaba a aburrirse como los demás espectadores. Y ese algo corrió a cargo de Juan Belmonte. 

De Juan Belmonte, el mozo trianero, que desarrolló todo un curso de toreo

Y ello fué... Ello fué que transcurría la fiesta sin nada de particular, y al llegar la suerte de banderillas del quinto bicho—un choto feúcho y bizco del derecho,—José cogió los palos y los ofreció a Gaona. Y el niño Maravilla, después de una pasada sin clavar, con mucha vista, dejó un superior par al cuarteo. El mejicano, a continuación, salió andando poco a poco, con mucha elegancia y mucha gracia torera y colocó un par de los que se aplauden una temporada. Otro par de Joselito, también andando paso a paso y marcando un zig-zags, bueno de veras, y otro de Rodolfo, de dentro a fuera, casi de poder a poder y saliendo apurado de la suerte. Cuatro ovaciones y voces de que toreen una corrida los dos juntos. 

"Los dos, los dos", repetía el público. 

Esto significaba la inutilización, la proscripción absoluta de Belmonte, que había quedado mal en el tercer toro, y que se había echado el público encima en una caída peligrosa por dejar al piquero a merced del bicho. 

Pero Juan Belmonte tiene amor propio y sabe aprovechar las ocasiones. Y como la ocasión se presentó al poco rato, vino con ella la, rehabilitación del trianero.

El sexto, de nombre “Barbero” era un toro negro, chico, algo sacudido, delantero de cuernos, veleto, muy brocho y astifino. 

En el primer quite, Juan dió tres lances y un recorte muy buenos, que le valieron una ovación y muchos olés. En su turno, nos regaló en otro quite con una verónica, un farol y media verónica de las suyas. Las tres suertes fueron apretadas y toreras. Brutales. Gaona y Joselito, asimismo, hicieron lo suyo, que no fué poco. Un tercio animadísimo de verdad y de los que se recuerdan siempre con entusiasmo. 

 Dos pares colosales, formidables, de Magritas, el segundo mejor que los cuatro de Gaona y Joselito— ¡casi nada!—y un palito suelto de Maera, y ahora viene lo extraordinario, lo estupendo, lo que está por encima de toda ponderación.

El torillo llegó á la muerte suave, noble, boyante. Y Juan Belmonte comenzó con un pase ayudado colosal, con los pies juntos y atornillados en el suelo. Siguió con uno natural y uno de pecho muy ceñidos, que arrancaron olés de entusiasmo. Un natural sublime, así como suena, y otro natural y uno de pecho con mucha valentía. Dos ayudados por bajo, quieto y estirado el matador. Uno con la derecha y otro alto con la izquierda, y dos molinetes, ejecutados en la cara del bicho. Un pase con la derecha arrodillado y muy ceñido; otros dos más y un pinchazo superior, acometiendo bastante bien. 

Siete pases más y entrando bastante bien atizó media estocada un poquillo delantera, que fue lo suficiente para dejar  para el arrastre al animalito de Concha y Sierra.

Bueno; la faena así relatada no puede lucir todo lo que debe lucir por su mérito absoluto é indiscutible. Fué una faena precisa, justa, equilibrada, en la que no hubo pases demás ni de menos. Le dió Juan al bicho los muletazos que debían dársele. Y en muy poco terreno, en el mismo tercio, metiéndose en su jurisdicción, llevándolo atado a los vuelos de su muleta. 

Una faena que tuvo la virtud de hacer levantar a todos los espectadores de sus asientos y prorrumpir en un alarido de entusiasmo. Y nos hizo romper las manos aplaudiendo, y nos hizo enronquece; de tanto gritarle olé, ole... 

Muchas veces he visto a Juan, bien, muy bien, superior. Pero como la tarde del jueves, no le he visto nunca. Tan variado, tan preciso, tan suave, tan emocionante, no le había visto nunca. 

Tenía que realizarse esa faena en la plaza de Madrid y tenía que venir a verla yo desde Barcelona. Yo que admiro a Juan Belmonte en lo que vale; pero que no soy un partidario incondicional suyo, como muchos de los que ni siquiera le han visto torear…

Belmonte vuelve a ser lo que era. El Belmonte de las grandes tardes de emoción y de arte incomparable. El que se transforma ante los toros y compone figuras magníficas. 

¿ Que ahora volverá a estar tres, cinco, diez corridas apático, indolente, sin afición?, Es fácil ; pero el día que le salga otro toro a propósito hará lo que hizo el jueves. 

Hoy Juan Belmonté se parece, en este detalle, a Rafael el Gallo. El día que quieren o les sale un toro que embista...

 Yo siento que el amigo Durá no haya hecho la crónica de esta corrida. Habría dicho del trianero lo que acabo de consignar y mucho más. Adolfo Durá, es de los belmontistas conscientes. 

Rodolfo Gaona 

No supo sacar partido el mejicano, del único toro noble y tonto de la corrida, después del que cerró plaza. El primer toro, de Concha y Sierra también, se dejaba torear admirablemente. Y Gaona lo aburrió a muletazos, algunos buenos, y no logró lucirse. 

En el cuarto, que estaba aplomado, achuchaba y tenía la cabeza por el suelo, no llevó a cabo la faena de castigo que el bicho requería. Bien en quites, especialmente en las brutales gaoneras al sexto, insuperables por lo ceñidas y toreras. 

Joselito 

Tan torero, valiente, habilidoso y activo como siempre. 

Estuvo breve en el segundo, que tenía la cabeza por el suelo e inteligente en el quinto, que no veía y que no acudía, por ello, bien a la muleta, ni se dejaba torear. José tuvo que advertir al público el defecto del bicho, pues muchos espectadores le pedían que lo torease más, cuando no era posible de ninguna manera. 

En la brega y quites, oportuno como de costumbre. 

Hay que anotarle tres verónicas formidables que dió al quinto bis, y otros tres lances ceñidísimos, exponiendo mucho, al sexto, en un quite. 

...Y pare usted de contar. De los seis bichos de Concha y Sierra, anunciados, se desecharon tres, que fueron sustituidos por tres de Campos, y como de éstos tuvo que ser retinado al corral uno, el quinto, que se resentía de los cuartos traseros una barbaridad, y además era manso, salió a sustituirle a su vez uno de Salas, que aunque acusó alguna codicia, no tenía poder. 

 Mansos y chicos fueron los tres de Concha y Sierra, y mansos y grandes los de Campos. Se salían sueltos de los caballos, y no se prestaban para la lidia. El tercero, de Campos, tenía mucho poder. El picador Pedrín pasó á la enfermería a consecuencia de una caída.

¿Si tan insignificantes é inaceptables eran los que salieron de la viuda de Concha y Si-erra, como serían los desechados? 

Es una vergüenza la desaprensión do esos ganaderos.

 Amigo Durá : Mi enhorabuena por el desquite de Juan Belmonte. “

Fuente : La Lidia Taurina, Lunes 25 de junio de 1917.

Transcrito in extenso por Eldesjarretedeacho.blogspot.com

jueves, julio 24, 2025

El TOREO como Dios manda

CURRO ROMERO 

Ganar terreno, echando SIEMPRE la pierna adelante.

Curro Romero, en modo Curro Puya 

La esencia

La perfección

La naturalidad

miércoles, julio 23, 2025

4 CAPOTES MÁGICOS DE LA HISTORIA DEL TOREO



   
        "Me los robaron para venderlos por veinte mil duros"

Por: ALFONSO NAVALÓN GRANDE

Nunca he sido partidario de convertir mi casa en un museo taurino. Cuando me hice ganadero tenía en la finca unos cencerros que resumían la historia de las divisas más destacadas, colocados en lo alto de una estantería tenia los cencerros de Miura, Pablo Romero, Conde de la Corte, Urquijo y Graciliano Pérez Tabernero, más el de Manuel Arranz como fundador de mi ganadería.

Los toreros me ofrecieron muchas cosas (aparte de millones por ponerlos bien), pero ese mundillo me atraía muy poco y no quise llenar mi casa con vitrinas de trajes de luces de tardes de gloria. Sencillamente porque muy pocas veces la categoría artística no tiene nada que ver con la presencia humana de muchos ídolos de multitudes que en traje de paisano son como para echarse a correr.

Mi historia de hoy se resume en cuatro capotes que pasaron a la historia del toreo con letras de oro... Uno era el de la reaparición de ANTONIO ORDOÑEZ en Málaga, cuando ya no era ni la sombra de lo que fue antes de los años sesenta. Me lo ofreció delante de todos sus acérrimos partidarios que se llevaron un gran disgusto, considerando que los hacía de menos regalándoselo a un crítico provinciano recién llegado al mundillo taurino. 

Son los mismos que se escandalizaron cuando en el Hotel Astoria de Valencia me dijo Ordóñez en las fallas de 1963, cuando solo había publicado cuatro crónicas en "El Ruedo": "tu serás la nueva gran figura de los críticos". Estaban delante José María Jardón, Pedro Balañá, Diodoro Canorea y el viejo Pablo Chopera con Barceló empresario de Benidorm y Alicante. El viejo Chopera cortó a Ordóñez "me parece que te estás pasando. Navalón sabe mucho pero tiene todavía más peligro. No nos conviene".

El otro capote era de CURRO ROMERO en una tarde gloriosa de feria de Sevilla en la Maestranza donde al cabo de muchos años confesó que fue el día que mejor había toreado de capa en toda su vida. Como sería que le tocaron la música. Habíamos tenido un disgustillo por una mala interpretación de su mujer Conchita Márquez Piquer y Curro para congraciarse me regaló aquel capote histórico.

El otro pertenecía a RAFAEL DE PAULA  y con él, ejecutó aquel quite por verónicas en un toro de Julio Robles, el año que se presentó a confirmar su alternativa en Madrid, después de trece años rodando por las plazas de Andalucía sin alcanzar más gloria que los cantes de los flamencos. Aquella noche lo fuimos a ver al Hotel Wellington con toda la plana mayor de los ejecutivos de Rumasa, que me habían contratado para dar ocho conferencias en Andalucía. Eran adoradores incondicionales del gitanito rubio, con Ruiz Mateos al frente en pleno poderío social y económico antes de que el actual marido de Isabel Preysler arremetiera con la expropiación. 

Aquella corte iba a llevarnos a cenar al restoran más caro de Madrid y se quedaron de piedra cuando le dije a Rafael que había sido una pena dar unos lances tan bonitos cambiando tanto el terreno en vez de ligarlos seguidos como lo había visto otras veces. Cuando trataban de increparme por mi osadía, Paula los aparcó: "Tiene toa la razón el de Salamanca. Otras veces he toreado mucho mejor con el capote. Lo que pasa es que en Madrid no me habían visto y le ha parecido mucho más de lo que ha sido".

El capote de ANTOÑETE era el de la famosa media verónica que repitieron tantas veces en Televisión, y tampoco se le hizo justicia porque otras mucho mas perfectas y más lentas. Pero fue una tarde de gloria y la gente estaba loca con el viejo del mechón. Antonio tenía entregada la plaza y cuando remató la media, los tendidos se pusieron en pie con una ovación delirante.

Luego tuve más capotes. Cada vez que los toreros venían a torear a mi casa me dejaban un capote y una muleta. Tuve capotes de Capea, Manzanares, Roberto Domínguez, El Yiyo, Julio Robles y dos muletas de Andrés Vázquez. Me quedé con la gana de conservar algo de Rafael Ortega que ha sido el que mejor he visto torear en toda mi vida y con algún recuerdo de Manolo Vázquez que cuajó una vaca mía magistralmente. Pero no hubo ocasión. De todos estos capotes el que más usé toreando fue el de Antonio Ordóñez, pero tuve que acomodarlo a mis medidas porque era como una manta. Fue Tito el mozo de espadas de Andrés Vázquez quien le cortó más de una cuarta de los bajos para poderlo manejar a mi antojo. 

Ahora que recuerdo toree muchos festivales con un capote de Antonio Bienvenida que no tenía ninguna historia especial. Simplemente me lo regaló al terminar un tentadero en Huelva en la plaza de Tomás Prieto de la Cal. Una plaza que tenía un dolmen debajo del palco de invitados y donde nos tomó el pelo Miguel Litri que se quedó asando sardinas mientras nosotros pasábamos las de Caín con aquellas vacas jaboneras que se colaban por donde menos esperábamos. En uno de los atragantones de la lidia, Bienvenida me comentaba desesperado: "Con estas vacas se me ha olvidado torear ¡Ninguna va por donde la mando! ". Cuando acabó el tentadero el Litri viejo se reía de nosotros "Ahora os enterareis por qué me quedé asando sardinas"…Desaparecieron

Cuando mi separación, mi difunta esposa se quedó con todo y los tres hijos se vinieron conmigo, por todo lo cual el juez me condenó por "abandono de familia" ¿Quién entiende eso si los hijos se vinieron conmigo? El caso es que la pobre señora sentía un apego especial por lo ajeno y aparte de muebles antiguos y obras de arte por valor de cincuenta millones, se quedó también con los capotes históricos, vendiéndolos por cien mil pesetas, cantidad ridícula porque todos estaban dedicados y firmados por aquellas grandes figuras. Un abogado de Madrid, amigo mío me contaba que el año siguiente pagó un anticuario doscientas mil pesetas por el de Curro Romero.

Como estaba escrito que no conservaría nada de mi historia de crítico y torero aficionado, un día vino un torero a uno de los últimos tentaderos y al día siguiente recordé que había dejado los trastos de torear y los zahones en un burladero, habían desaparecido porque alguno de mis invitados tuvo el acuerdo de virlarmelos. Le tenía especial cariño a los zahones, hechos con todo el capricho por el maestro guarnicionero de Puebla del Río (el mismo que trabaja para los Peralta). Tenía grabados en los bordes el hierro de las ganaderías de los amigos y encima de la bragueta el mío con una leyenda que decía "Escribir y Torear". También me robaron unas polainas repujadas que eran un primor de artesanía, a juego con unos botines de piel de becerro con la puntera puenteada en relieve. 
Ahora, como hace dos años que no toreo, ya no me hacen falta pero me queda la tristeza de haber perdido aquellas joyas del arte de torear.

viernes, mayo 23, 2025

"UNA ENCINA EN LA MAESTRANZA", CRÓNICA DE ALFONSO NAVALÓN DE LA MAGISTRAL FAENA DE S.M. "EL VITI"

 FERIA DE ABRIL DE 1974

"(...) faena donde todo fue autentico, y profundo, desde los derechazos sin dejarse rozar la muleta hasta los naturales templados, abrochados con esos pases de pecho magistrales echándose el toro entero por delante del corbatín. Y para remate, la vieja tauromaquia de las trincheras a dos manos. (...)"


Cartel de la Feria de Abril del año 1974

Sólida faena de El Viti, Cortés con muchas ganas  y las "cosas  de Paula"

Una mansada sin clase de MARTÍN BERROCAL

Tarde nublada, con lluvia en los últimos toros. Casi lleno. Presidió bien el señor Toribio, que denegó una segunda oreja a El Viti por haber pinchado dos veces. El público reaccionó con sensatez cuando unos partidarios de El Viti dieron la nota de mal gusto al final de la corrida. Seis toros de Martín Berrocal, todos con el hierro de Núñez Hermanos, desiguales los tres primeros y cuajados los otros tres.

Todos con los pitones discretamente romos, y ni uno solo astifino. Solo el primero cumplió discretamente en varas y llegó a la muleta con temple y bondad. Los demás fueron mansos, y algunos con verdadero descaro, escarbando, berreando, doliéndose al paso y saliendo huidos. El segundo tuvo mucho peligro, tirando derrotes a la pechera de El Viti. El tercero, manso y escarbón, llegó a la muleta tardo y pegando oleadas, aunque mejoró un poco al final. Se acostó en los medios al doblar, pero se levanto buscando las tablas para morir como corresponde a un  manso. El cuarto fue bronco y corto. El quinto salió frenándose en los capotes. Fue el más manso con los caballos, volviendo ancas cuando lo ponían en suerte. Cambió  totalmente en la muleta, quedándose manejable. El sexto romaneó en los caballos, para salir luego escandalosamente rebotando. En la muleta escarbó, fue tardo y bronco. 

Rafael de Paula, aseado de capa, faena sin confiarse, con pases armoniosos, aislados y excelentes derechazos. Media a la espera. Vuelta. En el cuarto, grandes precauciones. Media atravesada, y se cortó en una mano al descabellar, pasando a la enfermería. Descabelló El Viti a la tercera.

                                                                    

Manolo Cortés lances de capa recreándose, y anduvo con mucho celo en los quites. Faena entregada al tercero, poniéndolo todo el torero. Pinchazo y estocada. Oreja. En el sexto se puso pesado, porfiando sin resultado. Media y dos descabellos. Palmas.

Bregó bien Peñalver. Clavó dos pares lucidos Guillermo de Alba, y picó con acierto Eduardo Cid.

Sí no fuera por las ganas de triunfo que sacaron El Viti y Manolo Cortés, esta corrida hubiera sido un verdadero desastre artístico, porque el único toro bueno le tocó a Rafael da Paula, y los demás fueron una colección desesperante de mansos sin clase que hicieron todas las cosas malas que se le exigen a las becerras en las tientas para mandarlas al matadero. Algunos, nada más pisar el ruedo, se pusieron a escarbar. Otros se frenaban en los capotes, cortando el viaje a los banderilleros; los cinco fueron rematadamente mansos en el caballo, con la curiosa travesura del sexto, que entraba al caballo con empuje y hasta romaneaba, pero inmediatamente salía rebotado y huyendo. Para colmo, hubo hasta un toro peligrosísimo, que fue el segundo, al que El Viti no pudo meter en la muleta, a pesar de su maestría y su tesón. Mala corrida de Núñez Hermanos; porque, aunque   se   anunciaran   a  nombre de Martín Berrocal, ninguna responsabilidad corresponde a esta señor, porque los compró cuando ya estaban criados por los Núñez.

El señor Berrocal todavía no ha tenido tiempo de mejorarlos o de estropearlos (más, si cabe) y el juego de estos toros sólo le afecta de una manera pecuniaria, por el dinero que puso para el cambio de nombre. Fue pues, una mala corrida de los Núñez, donde Berrocal solo puso el  nombre en los carteles. Ante el único toro bueno vimos a un Rafael de Paula muy en su línea quebradiza,  con muletazos primorosos y una espantá a carrera tendida, tirando los avíos. El público paladeó sus destellos de artista singular y dio la vuelta al ruedo. Luego, en el cuarto no cabía pedir   milagros. Paula estuvo delante con las naturales precauciones, y  luego se cortó una mano descabellando...

Cortés estaba embalado, No se parece en nada al  torero vacilante de otras temporadas, que dejaba escapar toros sin  hacerles la  faena adecuada. Ayer revalidó esa impresión de celo que apuntábamos en la crónica pasada. Toreó con verdadero gusto y aplomo de capa al sexto, y con el tercero puso todo de su parte para aguantar, consentir y encarrilar la descompuesta embestida del manso; una faena gallarda con pases de verdadera emoción, soportando las oleadas de un enemigo que tardeaba y escarbaba, echando la cara al suelo antes de pegar la brusca arrancada. Sevilla, que sabe medir a los toreros por el material que tienen delante, se dio cuenta del mérito de la faena y le otorgó la oreja. En el sexto le perdieron las ganas de sacar pases a un toro cobardón y retrancado que echaba la cara arriba, derrotando, y en la porfía se pasó de rosca. Pero es que los toreros abúlicos si sacan ganas de arrimarse es bueno.

     

           

EL VITI: PUNTO Y APARTE

Lo que ha hecho El Viti ayer es un compendio do madurez artística, sentido de la responsabilidad y ganas de convencer. Ya con las dificultadas del segundo le echó enjundia a unos muletazos por bajo qua jalearon justamente la cátedra, y hubo una ovación a pesar que no hubo ni un natural.

                         

Sería en el quinto donde el seco mozo castellano llegó profundamente a  la cascabelera afición del Sur. Es muy difícil que un hombre tan adusto como el señor presidente de la Cámara Agraria de Salamanca logre conmover a un público pendiente de los adornos de Paula o de las pinceladas de Curro Romero. Pero la faena del castellano tuvo tal carga de hombría, dominio y seguridad técnica que Sevilla se quedó de una pieza jaleando y recreándose en aquel alarde de quitarle los resabios al manso y meterlo en la muleta hasta lograr el recorrido adecuado para una faena donde todo fue autentico, y profundo, desde los derechazos sin dejarse rozar la muleta hasta los naturales templados, abrochados con esos pases de pecho magistrales echándose el toro entero por delante del corbatínY para remate, la vieja tauromaquia de las trincheras a dos manos. Por eso cuando el presidente denegó justamente esa segunda oreja por haber pinchado dos veces nadie reparó en la cuantía del premio porque Santiago Martín había puesto en el albero de la Maestranza una encina en vez de un clavel. Una encina recia y solemne, que es un bello contraste con este aroma del azahar que emborracha a los sevillanos. Porque El Viti toreando es como una encina, por eso no podía plantar claveles en esta plaza. Sevilla se rindió a la sombra seria de la encina, pero rechazó de plano esos gritos improcedentes de unos vitistas que confundieron la categoría de esta plaza con una feria de pueblo. Cada cosa en su sitio.

                                     

                                     

Publicado en el Diario Pueblo  el 23 del 4 de 1974,  por Alfonso Navalón Grande.

Imágenes: Semanario gráfico de los toros El Ruedo. Año XXXI. Num. 1558. Abril, 30 de 1974

viernes, abril 25, 2025

La evolución de "HOCICÓN" de Prieto de la Cal


Se trata de "HOCICÓN" herrado con el Nº 47 y nacido el 2020, que saltará al ruedo de la plaza de SAN AGUSTÍN DEl GUADALIX este sábado 26 de abril (en el duelo ganadero onubense, con la de los hijos de don Celestino Cuadri)

La belleza de un Veragua de Prieto de la Cal,  toro criado bajo el precepto de la INTEGRIDAD y seleccionado en bravo, que el sistema imperante ha proscrito de los ruedos porque su casta y bravura desnudaría a más de uno de los figurines del escalafón actual, adictos al borrego Domecq-sticado y a las fraudulentas fundas

Gracias a la gestión de los AFICIONADOS del  "CLUB TAURINO TRES PUYAZOS", que apuestan por la diversidad de encastes y revaloran la suerte de varas. 








miércoles, abril 16, 2025

Uno de PRIETO DE LA CAL para VIC FEZENSAC - 2025


La mirada seria de un VERAGUA de PRIETO DE LA CAL, ganadería que cría el TORO INTEGRO (sin fundas ni artilugios fraudulentos), para la corrida concurso de Vic Fezensac - 08 de junio de 2025. 


 

lunes, abril 07, 2025