Rafael Soto Moreno:
Jerez de la Frontera (Cádiz): 12 de febrero de 1940 - 02 de noviembre de 2025
La LIBERTAD, supone un compromiso con la VERDAD, que cual valor supremo debe presidir todos nuestros actos. El REY de la fiesta, el TORO, exige que se predique de él con LIBERTAD.
"Y Juan Belmonte comenzó con un pase ayudado colosal, con los pies juntos y atornillados en el suelo. Siguió con uno natural y uno de pecho muy ceñidos, que arrancaron olés de entusiasmo. Un natural sublime, así como suena, y otro natural y uno de pecho con mucha valentía. Dos ayudados por bajo, quieto y estirado el matador. Uno con la derecha y otro alto con la izquierda, y dos molinetes, ejecutados en la cara del bicho. Un pase con la derecha arrodillado y muy ceñido; otros dos más y un pinchazo superior, acometiendo bastante bien."
Toros en Madrid
Don Severo y Belmonte
Gaya Picón (Don Severo) es tan simpático y buen amigo como culto escritor, excelente periodista y notable revistero taurino. Llegó a Madrid a pasar unos días, y naturalmente, abusando de su amabilidad le encajé las revistas de las corridas del Montepío y cuarta de abono.
Me alegré por el descanso que su trabajo me proporcionaba y he de sentirlo forzosamente después, por no poder, ya que la ocasión llegó, hablar de Belmonte y su gran faena.
¡Qué se le va a hacer ¡ ! Suerte!
Don Severo es gallista, así que cuanto diga en favor del trianero, además de ser justo, lo suscribo yo y siempre quedará en el fondo del elogio, para mí por lo menos, una nueva alabanza, aunque Gaya apure todos los adjetivos.
La faena de Belmonte y la visita de Don Severo son para mí dos satisfacciones tan intensas que, puestas en la balanza, no sé cuál de ellas pesaría más en el sentido de la satisfacción y el cariño.
A uno y al otro les envío mi cordial saludo, por la inesperada visita del primero y por el resurgimiento triunfal del otro y ….
¡Ojo¡ ¡Que llega Don Severo¡
UNOS DIAS EN MADRID...
A punta de capote
La corrida del Montepío de Toreros
La mejor faena de Belmonte
Apenas llegado a Madrid, donde sólo he de permanecer, desgraciadamente breves días, me cogen por su cuenta los buenos y excelentes amigos Adolfo Durá y Mariano F. Portela, y me dicen :
—Amigo Don Severo, usted va a encargarse de las corridas del jueves y del domingo. Viene usted con gran oportunidad: viene usted como pedrada en ojo de boticario. Ya que nos ha dado usted tantos camelos con su viaje, ahora nos vamos a vengar de usted.
— Pero, señores — replico yo, ustedes quieren abusar de mi... ¿Cómo voy a meterme yo en esos trotes...?
—Che, yo necesito descansar un par de corridas—me replica Durá.—Llevo demasiadas latas sobre mis costillas, esta temporada...
—Tiene razón Durá—; añadió Portela, — está negro de sufrir tanta bueyada y de padecer a tanto coleta con usura. Usted se encarga de esas dos corridas.
Y he aquí por dónde, en la corrida a beneficio del Montepío de los toreros, hubo algo que nos sacó de nuestras casillas. Algo que alegró la tarde a Durá, cuando empezaba a aburrirse como los demás espectadores. Y ese algo corrió a cargo de Juan Belmonte.
De Juan Belmonte, el mozo trianero, que desarrolló todo un curso de toreo.
Y ello fué... Ello fué que transcurría la fiesta sin nada de particular, y al llegar la suerte de banderillas del quinto bicho—un choto feúcho y bizco del derecho,—José cogió los palos y los ofreció a Gaona. Y el niño Maravilla, después de una pasada sin clavar, con mucha vista, dejó un superior par al cuarteo. El mejicano, a continuación, salió andando poco a poco, con mucha elegancia y mucha gracia torera y colocó un par de los que se aplauden una temporada. Otro par de Joselito, también andando paso a paso y marcando un zig-zags, bueno de veras, y otro de Rodolfo, de dentro a fuera, casi de poder a poder y saliendo apurado de la suerte. Cuatro ovaciones y voces de que toreen una corrida los dos juntos.
"Los dos, los dos", repetía el público.
Esto significaba la inutilización, la proscripción absoluta de Belmonte, que había quedado mal en el tercer toro, y que se había echado el público encima en una caída peligrosa por dejar al piquero a merced del bicho.
Pero Juan Belmonte tiene amor propio y sabe aprovechar las ocasiones. Y como la ocasión se presentó al poco rato, vino con ella la, rehabilitación del trianero.
El sexto, de nombre “Barbero” era un toro negro, chico, algo sacudido, delantero de cuernos, veleto, muy brocho y astifino.
En el primer quite, Juan dió tres lances y un recorte muy buenos, que le valieron una ovación y muchos olés. En su turno, nos regaló en otro quite con una verónica, un farol y media verónica de las suyas. Las tres suertes fueron apretadas y toreras. Brutales. Gaona y Joselito, asimismo, hicieron lo suyo, que no fué poco. Un tercio animadísimo de verdad y de los que se recuerdan siempre con entusiasmo.
Dos pares colosales, formidables, de Magritas, el segundo mejor que los cuatro de Gaona y Joselito— ¡casi nada!—y un palito suelto de Maera, y ahora viene lo extraordinario, lo estupendo, lo que está por encima de toda ponderación.
El torillo llegó á la muerte suave, noble, boyante. Y Juan Belmonte comenzó con un pase ayudado colosal, con los pies juntos y atornillados en el suelo. Siguió con uno natural y uno de pecho muy ceñidos, que arrancaron olés de entusiasmo. Un natural sublime, así como suena, y otro natural y uno de pecho con mucha valentía. Dos ayudados por bajo, quieto y estirado el matador. Uno con la derecha y otro alto con la izquierda, y dos molinetes, ejecutados en la cara del bicho. Un pase con la derecha arrodillado y muy ceñido; otros dos más y un pinchazo superior, acometiendo bastante bien.
Siete pases más y entrando bastante bien atizó media estocada un poquillo delantera, que fue lo suficiente para dejar para el arrastre al animalito de Concha y Sierra.
Bueno; la faena así relatada no puede lucir todo lo que debe lucir por su mérito absoluto é indiscutible. Fué una faena precisa, justa, equilibrada, en la que no hubo pases demás ni de menos. Le dió Juan al bicho los muletazos que debían dársele. Y en muy poco terreno, en el mismo tercio, metiéndose en su jurisdicción, llevándolo atado a los vuelos de su muleta.
Una faena que tuvo la virtud de hacer levantar a todos los espectadores de sus asientos y prorrumpir en un alarido de entusiasmo. Y nos hizo romper las manos aplaudiendo, y nos hizo enronquece; de tanto gritarle olé, ole...
Muchas veces he visto a Juan, bien, muy bien, superior. Pero como la tarde del jueves, no le he visto nunca. Tan variado, tan preciso, tan suave, tan emocionante, no le había visto nunca.
Tenía que realizarse esa faena en la plaza de Madrid y tenía que venir a verla yo desde Barcelona. Yo que admiro a Juan Belmonte en lo que vale; pero que no soy un partidario incondicional suyo, como muchos de los que ni siquiera le han visto torear…
Belmonte vuelve a ser lo que era. El Belmonte de las grandes tardes de emoción y de arte incomparable. El que se transforma ante los toros y compone figuras magníficas.
¿ Que ahora volverá a estar tres, cinco, diez corridas apático, indolente, sin afición?, Es fácil ; pero el día que le salga otro toro a propósito hará lo que hizo el jueves.
Hoy Juan Belmonté se parece, en este detalle, a Rafael el Gallo. El día que quieren o les sale un toro que embista...
Yo siento que el amigo Durá no haya hecho la crónica de esta corrida. Habría dicho del trianero lo que acabo de consignar y mucho más. Adolfo Durá, es de los belmontistas conscientes.
Rodolfo Gaona
No supo sacar partido el mejicano, del único toro noble y tonto de la corrida, después del que cerró plaza. El primer toro, de Concha y Sierra también, se dejaba torear admirablemente. Y Gaona lo aburrió a muletazos, algunos buenos, y no logró lucirse.
En el cuarto, que estaba aplomado, achuchaba y tenía la cabeza por el suelo, no llevó a cabo la faena de castigo que el bicho requería. Bien en quites, especialmente en las brutales gaoneras al sexto, insuperables por lo ceñidas y toreras.
Joselito
Tan torero, valiente, habilidoso y activo como siempre.
Estuvo breve en el segundo, que tenía la cabeza por el suelo e inteligente en el quinto, que no veía y que no acudía, por ello, bien a la muleta, ni se dejaba torear. José tuvo que advertir al público el defecto del bicho, pues muchos espectadores le pedían que lo torease más, cuando no era posible de ninguna manera.
En la brega y quites, oportuno como de costumbre.
Hay que anotarle tres verónicas formidables que dió al quinto bis, y otros tres lances ceñidísimos, exponiendo mucho, al sexto, en un quite.
...Y pare usted de contar. De los seis bichos de Concha y Sierra, anunciados, se desecharon tres, que fueron sustituidos por tres de Campos, y como de éstos tuvo que ser retinado al corral uno, el quinto, que se resentía de los cuartos traseros una barbaridad, y además era manso, salió a sustituirle a su vez uno de Salas, que aunque acusó alguna codicia, no tenía poder.
Mansos y chicos fueron los tres de Concha y Sierra, y mansos y grandes los de Campos. Se salían sueltos de los caballos, y no se prestaban para la lidia. El tercero, de Campos, tenía mucho poder. El picador Pedrín pasó á la enfermería a consecuencia de una caída.
¿Si tan insignificantes é inaceptables eran los que salieron de la viuda de Concha y Si-erra, como serían los desechados?
Es una vergüenza la desaprensión do esos ganaderos.
Amigo Durá : Mi enhorabuena por el desquite de Juan Belmonte. “
Fuente : La Lidia Taurina, Lunes 25 de junio de 1917.
Transcrito in extenso por Eldesjarretedeacho.blogspot.com
FERIA DE ABRIL DE 1974
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| Cartel de la Feria de Abril del año 1974 |
Sólida faena de El Viti, Cortés con muchas ganas y las "cosas de Paula"
Una mansada sin clase de MARTÍN BERROCAL
Tarde nublada, con lluvia en los últimos toros. Casi lleno. Presidió bien el señor Toribio, que denegó una segunda oreja a El Viti por haber pinchado dos veces. El público reaccionó con sensatez cuando unos partidarios de El Viti dieron la nota de mal gusto al final de la corrida. Seis toros de Martín Berrocal, todos con el hierro de Núñez Hermanos, desiguales los tres primeros y cuajados los otros tres.
Todos con los pitones discretamente romos, y ni uno solo astifino. Solo el primero cumplió discretamente en varas y llegó a la muleta con temple y bondad. Los demás fueron mansos, y algunos con verdadero descaro, escarbando, berreando, doliéndose al paso y saliendo huidos. El segundo tuvo mucho peligro, tirando derrotes a la pechera de El Viti. El tercero, manso y escarbón, llegó a la muleta tardo y pegando oleadas, aunque mejoró un poco al final. Se acostó en los medios al doblar, pero se levanto buscando las tablas para morir como corresponde a un manso. El cuarto fue bronco y corto. El quinto salió frenándose en los capotes. Fue el más manso con los caballos, volviendo ancas cuando lo ponían en suerte. Cambió totalmente en la muleta, quedándose manejable. El sexto romaneó en los caballos, para salir luego escandalosamente rebotando. En la muleta escarbó, fue tardo y bronco.
Rafael de Paula, aseado de capa, faena sin confiarse, con pases armoniosos, aislados y excelentes derechazos. Media a la espera. Vuelta. En el cuarto, grandes precauciones. Media atravesada, y se cortó en una mano al descabellar, pasando a la enfermería. Descabelló El Viti a la tercera.
Manolo Cortés lances de capa recreándose, y anduvo con mucho celo en los quites. Faena entregada al tercero, poniéndolo todo el torero. Pinchazo y estocada. Oreja. En el sexto se puso pesado, porfiando sin resultado. Media y dos descabellos. Palmas.
Bregó bien Peñalver. Clavó dos pares lucidos Guillermo de Alba, y picó con acierto Eduardo Cid.
Sí no fuera por las ganas de triunfo que sacaron El Viti y Manolo Cortés, esta corrida hubiera sido un verdadero desastre artístico, porque el único toro bueno le tocó a Rafael da Paula, y los demás fueron una colección desesperante de mansos sin clase que hicieron todas las cosas malas que se le exigen a las becerras en las tientas para mandarlas al matadero. Algunos, nada más pisar el ruedo, se pusieron a escarbar. Otros se frenaban en los capotes, cortando el viaje a los banderilleros; los cinco fueron rematadamente mansos en el caballo, con la curiosa travesura del sexto, que entraba al caballo con empuje y hasta romaneaba, pero inmediatamente salía rebotado y huyendo. Para colmo, hubo hasta un toro peligrosísimo, que fue el segundo, al que El Viti no pudo meter en la muleta, a pesar de su maestría y su tesón. Mala corrida de Núñez Hermanos; porque, aunque se anunciaran a nombre de Martín Berrocal, ninguna responsabilidad corresponde a esta señor, porque los compró cuando ya estaban criados por los Núñez.
El señor Berrocal todavía no ha tenido tiempo de mejorarlos o de estropearlos (más, si cabe) y el juego de estos toros sólo le afecta de una manera pecuniaria, por el dinero que puso para el cambio de nombre. Fue pues, una mala corrida de los Núñez, donde Berrocal solo puso el nombre en los carteles. Ante el único toro bueno vimos a un Rafael de Paula muy en su línea quebradiza, con muletazos primorosos y una espantá a carrera tendida, tirando los avíos. El público paladeó sus destellos de artista singular y dio la vuelta al ruedo. Luego, en el cuarto no cabía pedir milagros. Paula estuvo delante con las naturales precauciones, y luego se cortó una mano descabellando...
Cortés estaba embalado, No se parece en nada al torero vacilante de otras temporadas, que dejaba escapar toros sin hacerles la faena adecuada. Ayer revalidó esa impresión de celo que apuntábamos en la crónica pasada. Toreó con verdadero gusto y aplomo de capa al sexto, y con el tercero puso todo de su parte para aguantar, consentir y encarrilar la descompuesta embestida del manso; una faena gallarda con pases de verdadera emoción, soportando las oleadas de un enemigo que tardeaba y escarbaba, echando la cara al suelo antes de pegar la brusca arrancada. Sevilla, que sabe medir a los toreros por el material que tienen delante, se dio cuenta del mérito de la faena y le otorgó la oreja. En el sexto le perdieron las ganas de sacar pases a un toro cobardón y retrancado que echaba la cara arriba, derrotando, y en la porfía se pasó de rosca. Pero es que los toreros abúlicos si sacan ganas de arrimarse es bueno.
EL VITI: PUNTO Y APARTE
Lo que ha hecho El Viti ayer es un compendio do madurez artística, sentido de la responsabilidad y ganas de convencer. Ya con las dificultadas del segundo le echó enjundia a unos muletazos por bajo qua jalearon justamente la cátedra, y hubo una ovación a pesar que no hubo ni un natural.
Sería en el quinto donde el seco mozo castellano llegó profundamente a la cascabelera afición del Sur. Es muy difícil que un hombre tan adusto como el señor presidente de la Cámara Agraria de Salamanca logre conmover a un público pendiente de los adornos de Paula o de las pinceladas de Curro Romero. Pero la faena del castellano tuvo tal carga de hombría, dominio y seguridad técnica que Sevilla se quedó de una pieza jaleando y recreándose en aquel alarde de quitarle los resabios al manso y meterlo en la muleta hasta lograr el recorrido adecuado para una faena donde todo fue autentico, y profundo, desde los derechazos sin dejarse rozar la muleta hasta los naturales templados, abrochados con esos pases de pecho magistrales echándose el toro entero por delante del corbatín. Y para remate, la vieja tauromaquia de las trincheras a dos manos. Por eso cuando el presidente denegó justamente esa segunda oreja por haber pinchado dos veces nadie reparó en la cuantía del premio porque Santiago Martín había puesto en el albero de la Maestranza una encina en vez de un clavel. Una encina recia y solemne, que es un bello contraste con este aroma del azahar que emborracha a los sevillanos. Porque El Viti toreando es como una encina, por eso no podía plantar claveles en esta plaza. Sevilla se rindió a la sombra seria de la encina, pero rechazó de plano esos gritos improcedentes de unos vitistas que confundieron la categoría de esta plaza con una feria de pueblo. Cada cosa en su sitio.
Publicado en el Diario Pueblo el 23 del 4 de 1974, por Alfonso Navalón Grande.
Imágenes: Semanario gráfico de los toros El Ruedo. Año XXXI. Num. 1558. Abril, 30 de 1974
La mirada seria de un VERAGUA de PRIETO DE LA CAL, ganadería que cría el TORO INTEGRO (sin fundas ni artilugios fraudulentos), para la corrida concurso de Vic Fezensac - 08 de junio de 2025.